Gorgona, Hidras y Quimeras – las terroríficas historias de Celen y las Arpías – pueden reproducirse a si mismas dentro del cerebro de los supersticiosos… pero eso se debe a que estaban antes ahí. Son transcripciones, tipos… los arquetipos están en nuestro interior y son eternos. ¿Podría, de otra manera, afectarnos la imagen de algo, que concientemente, sabemos que es falso? Es que tenemos terror hacia tales objetos por su capacidad de inflingirnos daño corporal ¡No, ni mucho menos! Tales terrores están en nosotros desde hace mucho. Son anteriores a nuestro cuerpo… o ajenos al cuerpo que es lo mismo. Que la clase de miedo aquí expuesto es puramente espiritual, que su fuerza es proporcional a su inexistencia terrena y se muestra sobre todo en el periodo de nuestra inocente infancia… todo eso son dificultades, cuya solución puede estar en alguna probable percepción a nuestra condición anterior al nacimiento y en una mirada a la sombría tierra de la preexistencia.

Charles Lamb, Brujas y otros terrores nocturnos.

Escritor británico 1775-1834.


domingo, 20 de diciembre de 2009

Cuadro 27


Las casas cercanas a Fagaras. 50x70cm. Tintas y oleos sobre cartulina. 2008.

Era una pequeña y hermosa casa, de un color muy parecido al cristal. Pero no pude ver a través de ella más que lo que se puede adivinar detrás de un color exquisito.

Al acercarme a ella, observe de pronto una sombra que se movía en su interior, pero no se veía claramente la silueta y no pude decir si era un hombre o una mujer.

Sin embargo, y para que quede claro, opino categóricamente que esta casa no era de cristal tal como nosotros lo conocemos. Era un color que había sufrido un proceso especial que se alteraba al cambiar el flujo de unas sombras interiores que se deslizaban, reptaban y modulaban en un incontenible frenesí fantasmagórico.

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